Mi hermosa princesita mapuche sigue creciendo. Tiene 10 meses recién cumplidos y es la luz de nuestras vidas. Cada día está más pícara y todo el tiempo aprende cosas nuevas. Aprendió a abrir envases de tapa plástica, puertas de todo tipo y tamaño (incluyendo la del reproductor de DVD) también a cerrarlas, a tirar objetos contra el piso y ver como estallan en mil pedazos, a razgar papeles en trozos muy finos, a morder cosas hasta arrancarles piezas, a desplazar una silla parada detrás de ella a modo de "andador casero"..en fin...el mundo le presenta un sinfín de oportunidades en estos días. No somos demasiado aprehensivos, el límite es el peligro. Lo que puede hacerle daño no se le da, no se deja que lo haga. Y punto. Pues ahí está el tema, en el punto. Ahora, mi gorda gigante, se enoja. Si uno no la deja salirse con la suya, empieza un berrinchito y si no logra nada...¡me da un pellizco! Claro, cuando hace berrinche optamos por ignorarla, sabemos que no es que intentamos fru
Diario de supervivencia de una madre argentina