Mi hermosa princesita mapuche sigue creciendo. Tiene 10 meses recién cumplidos y es la luz de nuestras vidas. Cada día está más pícara y todo el tiempo aprende cosas nuevas.
Aprendió a abrir envases de tapa plástica, puertas de todo tipo y tamaño (incluyendo la del reproductor de DVD) también a cerrarlas, a tirar objetos contra el piso y ver como estallan en mil pedazos, a razgar papeles en trozos muy finos, a morder cosas hasta arrancarles piezas, a desplazar una silla parada detrás de ella a modo de "andador casero"..en fin...el mundo le presenta un sinfín de oportunidades en estos días.
No somos demasiado aprehensivos, el límite es el peligro. Lo que puede hacerle daño no se le da, no se deja que lo haga. Y punto.Pues ahí está el tema, en el punto. Ahora, mi gorda gigante, se enoja. Si uno no la deja salirse con la suya, empieza un berrinchito y si no logra nada...¡me da un pellizco! Claro, cuando hace berrinche optamos por ignorarla, sabemos que no es que intentamos frustrarla ni intentamos reforzar una conducta, simplemente, sabemos que si hemos dicho NO es porque es algo que está fuera de toda discusión. Se lo explicamos a Yumbrel y no hacemos caso de su protesta, le damos otras opciones de juego y se acabó el asunto, ¿pero el pellizco? he optado por sacarle la manita y decirle "no, eso no se hace" pero no sé que mas pueda hacerse. No pienso pegarle, no creo en el castigo físico,a mi no me pegaron nunca y nunca les falté el respeto a mis padres, la autoridad se consigue con decisiones no con golpes, estoy convencida. Además decirle "no pegues" y pegar...pequeña contradicción...
Creo que el límite forma. Yumbrel no sabe cómo manejarse en el mundo y yo soy la encargada de que ella vea hasta donde se puede. Las libertades se conquistan, aprendiendo a ejercerlas. El límite es importante y los niños los necesitan,sino se sienten desprotegidos, desconcertados...pero el golpe ¿por qué un niño no hace caso a un reto, pero sí a un golpe? El niño que no hace caso no confía en el adulto que le pone las reglas, lo veo en mis alumnos todo el tiempo y me respetan por mi coherencia y por el cariño que conseguimos mediante el vínculo. Con mi hija seguramente todo será distinto, siempre pasa, pero espero no caer nunca en la ¿salida fácil? del golpe para demostrar que soy más fuerte que ella y listo...espero que me considere apta para educarla y que confíe en mí y en las medidas que tomo para protegerla y educarla...reflexiones en la madrugada...
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