trauma en puerta. Yumbrel va a su jardín en el horario en que yo voy al mío, por tanto, sólo estamos separadas durante ese tiempo. Es un arreglo ideal...salvo por qué el viernes ella sale por primera vez en un acto escolar...mientras yo estoy con mis alumnos en el mío...
Terrible recordar que en mi infancia salí en tooodos los actos habídos y por haber y nunca (no, esperen, una vez bailé el pericón y mi papá fue conmigo) nadie me fue a ver. En serio, nadie, ni abuelos, ni tíos, padres ni hablar. Y ahora me pasa con mi hija, irá a pasar por esto? será una niña triste porque la madre no vaya a verla? Porque lo más probable es que ocurra esto, que las dos estemos en actos en distintos lugares...siempre...salvo que la mande a mi colegio, quién sabe...pero es así, yo prefiero estar con ella todos los días excepto esas horas, a poder ir a verla en los actos pero no verla durante todas las mañanas por ejemplo.
La solución hasta acá pasa porque la acompañe su papá, que es algo factible aunque no seguro, y mi tranquilidad moral pasa por hacerle su vestidito patrio para que festeje con la comunidad educativa el 25 de mayo. Igualmente, sólo sale desfilando y no creo que se dé demasiada cuenta de qué es algo especial, pero me deja pensando...y reviviendo dolores. Mandaré a filmarla y lo verémos juntas y le preguntaré si le gustó, si la divirtió, qué pensó...porque también es cierto que si al menos me hubieran preguntado cómo habían salido mis pequeñas incursiónes artísticas hubiera sido tal vez un poco menos amargo el trago.
Bueno, así está el ánimo estos días. Demasiadas cosas trae este otoño.
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