Una ceremonia hermosa, lloré todo el tiempo. Yumbrel miraba hacia arriba, al vitro del espíritu santo y lo señalaba. Mi bebé, ese gran milagro, en un día especial.
El almuerzo no fue lo esperado, esperábamos a más gente y no aparecieron, dejamos de invitar a otras personas para priorizar a la familia y nos fallaron, el saldo económico fue negativo, pero fue muy importante para nosotros la realización del rito.
Pasa como con todo, se desvirtúa: el primer cumpleaños invitas a 200 personas que te comen todo y el niño ni se entera, no se sabe si se celebra al pequeño o si es una competencia de comida. Y que si llamaste a tal o si invitaste a tal otro, y que si ella va yo no voy y la mar en coche.
A partir de ahora no invito a nadie más, el que esté interesado en estar presente en los eventos importantes de mi niña me avisa y lo estaremos esperando, pero no voy a obligar a nadie ni a actuar por compromiso. La vida es muy corta.
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