Hablando con una amiga, mamá de un bebé de 18 meses, ella me comenta que como el nene no le hace caso a nadie, su hermano (el tío del niño) decidió asustarlo e inventó para eso un muñeco tipo espantapájaros con una máscara de cotillón y con eso lo asustan cuando no quiere obedecer. Si el nene no se comporta le dicen "va a venir el cuco".
Obviamente le pregunto si le parece realmente una buena idea usar algo como un monstruo para el chico aprenda reglas. Me dice "es que ya no sé que hacer con él, ¿vos qué harías?"
Ajá...qué buena pregunta. En el jardín a los peques de esta edad les imponían el tiempo fuera. En ese momento me parecía una buena idea y realmente nos funcionaba, el niño que mordía a otro o le tiraba el pelo era sentado en una sillita de su tamaño por un minuto para que se calmara.
Pero no a todos les funciona. Algunos niños no saben de límites porque nunca aprendieron lo que es uno. Les decís: "no lo hagas" y continúan como si nada. Si finalmente su acción tiene una consecuencia no entienden por qué. Por lo general los chicos de este estilo, los "terribles" son los niños más tristes y solitarios. Nadie les ha prestado nunca la suficiente atención como para educarlos. Nadie les ha explicado nada del mundo y tratan de adueñarse de él furtivamente.
Los vemos por todos lados, niños corriendo por los supermercados, los patios de comidas, la calle en general, pidiendo exigiendo, implorando que los miren, que les hablen. Aunque sea con un grito, aunque sea un golpe.
Conozco una nena que lloraba mucho, siempre se ponía mal porque su mamá trabajaba mucho y viajaba, cuando los llantos dejaron de funcionar se volvió agresiva y de mal comportamiento. La madre me dice "me llega a doler la mano de pegarle, pero ella ni lo siente". Una nena desesperada por la atención de su mamá. Por cualquier atención.
Los niños necesitan que les enseñemos, les expliquemos, les digamos hasta donde se puede ír y cómo, para que esos límites "formativos" los ayuden el día de mañana a encontrar sus propios límites, a formar su personalidad y su modo de ser, incluso para transgredirlos en la adolescencia, necesitan esos límites amorosos.
Un niño al que se le deja hacer todo lo que quiere no es feliz, no lo disfruta, se siente sólo y abandonado, en medio de un lugar extraño: el mundo en que vive. A los docentes nos pasa siempre, al niño al que más le exigimos de su conducta es el que más termina apegándose a nosotras.
Veo padres demasiado cansados como para educar a sus niños, que prefieren pagar instituciones para que se encarguen y donde ir a pedir explicaciones cuando las cosas van mal. Padres demasiado confundidos como para saber qué está bien y qué está mal, que intentan que sus hijos lo aprendan por su cuenta sin saber guiarlos y buscando excusas para justificarse. Padres sobrepasados con su paternidad, padres que no pueden con su vida, ni con su trabajo, ni con sus relaciones de pareja...mucho menos con sus hijos. Ni hablar de los motivos para engendrar a sus niños. Ese es otro capítulo.
Y la coherencia, por Dios, la coherencia. Si le enseñamos a decirle "tonta" a la abuela cuando recién empieza hablar y nos reímos, ¿cómo podemos esperar que después deje de hacerlo? ¡¡No son juguetes ni loritos!! primero les enseñamos que pueden hacer todo: subirse a la mesa, patear a los hermanos, insultar desconocidos...y después queremos que se "comporten en la calle". En fin...
Hasta acá mi visión docente.
Como mamá. No sé, todavía no empiezo con los límites. ¿O sí? ¿será un límite el abrazo materno, qué delimita la seguridad de mi bebé? ¿El tamaño de su cunita? ¿La elección de la abuela para maternarla cuando yo no estoy? Aprenden de pequeños a tener paciencia, a ser amables y cariñosos, a pedir lo que necesitan. Hay que hablarles, pero sobre todo escucharlos.
Y ser coherentes, de nuevo, coherencia: en lo que se puede hacer y no y en NUESTROS ACTOS. Si yo soy agresivo e insulto al que va adelante mío en el auto...¿qué puedo pretender que haga mi niño en la filita del colegio? No seamos hipócritas.
Respecto del cuco, ¿qué es tan importante que el nene NO haga como para poner en riesgo su futuro psíquico? Si quiere tocar un enchufe hay que enseñarle que no, pero al año y medio no entienden de riesgo eléctrico, entonces mejor poner tapones hasta que pueda enseñarse, si no quiere ir a dormir...habrá que ver por qué.No todo tiene la misma dimensión.
Espero recordar estas cosas con mi peque, espero poder guiarla para que aprehenda este mundo, espero ser coherente y darle buenos ejemplos. Pero sobre todo, espero que nunca se sienta sólo y que sepa que tiene una mamá que no va a darse por vencida nunca. Yo elegí ser mamá y traerla al mundo, si me ven renegar, me avisan!!!
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