Bueno, sé que dije que había tenído algo de depresión puerperal con el parto de Yumbrel. NO. Mentira. Eso no era nada. En serio, déjenme contarles ésta historia.
Segundo día de vida de Ali. Me decido a acostarme junto a él, aprovechando que extrañamente se ha dormido. Me duermo de inmediato, pero minutos después me despierto aterrada. Quiero correr, no sé a dónde, mi cuerpo está inundado de sensaciones mezcladas de miedo, asfixia, dolor y ansiedad. El dolor es físico, la adrenálina hace un pico y estalla mi cabeza. No he sentido ésto nunca. quiero huir, estoy encerrada en mí misma. Voy a morir, se acaba el aire. Salí corriendo a abrazar a Juan, no funciona, nada funciona, no me molesta dejar sóla a mí cría. Ha sido la experiencia más horrible de mi vida, estoy desvastada. Después de un rato se pasa la sensación, pero vuelve cada vez que quiero dormir, intento no dormir (además el bebé no duerme y hace tomas eterrrrnasss) me mantengo despierta todo lo que puedo. No le deseo ésto a nadie, ni al peor enemigo.
Hice de todo para superarlo: acupuntura (y soy fóbica a las agujas) yoga, psicoterapia, flores de bach, me faltó hipnósis nomás! Nada funciona. En el colegio me terminaron dando licencia psiquiatrica y lo único que ayudo finalmente fue dejar de jugar a ser una super mujer y aceptar la vulnerabilidad de mi sistema nervioso. La psiquiatra me indicó 3 meses máximo de medicación y fue mágico, en un mes ya estuve mejor, al segundo volví a ser yo y en el tercero recuperé las ganas de vivir.
Se ha asociado con el desequilibrio de las hormonas o la expulsión de la placenta alguno de los síntomas de la depresión puerperal. No sé mucho del tema, pero en mi caso: embarazo deseado, parto respetado, criatura sana, familia presente... algo lo desencadenó de la noche a la mañana y la solución fue 100% química. Así que no tengo cómo comprobarlo pero algo me dice que mis hormonas no me ayudaron para nada en ésto...
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